domingo, 12 de octubre de 2014

El Atuendo del Novio

Fred Astaire - Referente del atuendo formal

      La premisa básica de la elegancia en el vestir es siempre la de vestirse adecuadamente para cada evento concreto. No existe nada más alejado de la elegancia que el vestirse de forma inadecuada para cada acontecimiento. La boda, no olvidemos, es una ceremonia y, por lo tanto, la vestimenta debe ser acorde con este tipo de eventos, lo que nos obliga a huir siempre de indumentarias propias de fiesta, y no de ceremonia por lo que, nunca resulta admisible el esmoquin.



      El novio debe vestir de chaqué, prenda de origen inglés que al igual que el frac deriva de la casaca. El chaqué se compone de tres piezas más los complementos, que son siempre muy importantes. Las tres piezas son: levita, chaleco y pantalón. La levita lleva cola, que en el caso del chaqué es más larga y redondeada. La levita tiene un ojal con un botón y, en algún caso puede tener un doble botón gemelo, que se puede unir de dentro a fuera.

    Antes de empezar a tratar el atuendo correcto para este día, debemos establecer una distinción entre día y noche. Las bodas serán consideradas que se celebran de día si la ceremonia tiene lugar antes de que caiga el sol o, en su caso, antes de las seis de la tarde (lo que primero ocurra). Después de este momento ya siempre hablaremos de noche. Esta distinción es importante porque la ropa adecuada para cada momento difiere considerablemente.


      El chaqué no se creó pensando en el novio; es el atuendo idóneo para los actos de ceremonia  que se celebran de día y que requieren, por su alto nivel de formalidad, una indumentaria adecuada, como sucede con recepciones oficiales, diplomáticas, juramentos de cargos públicos, cosa que también sucedía anteriormente con la toma de posesión de los ministros. En la sociedad contemporánea, la excesiva relajación de las costumbres, la pérdida de del rigor y del protocolo ha reducido el uso del chaqué únicamente a las bodas y escasos actos oficiales de gran formalidad.

El chaqué gris - Neal and Palmer

" El chaqué gris es exclusivamente de mañana"


     Su color es solo admisible en negro o gris. Si optamos por el color gris debemos tener en cuenta que no puede ser cualquier gris. Éste debe ser un gris Oxford o un gris medio. El gris Oxford es un gris muy oscuro que podría pasar perfectamente por negro. El gris debe ser utilizado en ceremonias que tienen lugar por la mañana, y el negro por la tarde o noche. Las bodas serán consideradas que se celebran de día si la ceremonia tiene lugar antes de que caiga el sol o, en su caso, antes de las seis de la tarde (lo que primero ocurra). Después de este momento ya hablamos de noche. Esta distinción es importante porque la ropa adecuada para cada momento difiere bastante.  


      Otra prenda imprescindible es el chaleco. Éste puede ser sencillo o cruzado, siendo este último más elegante. El color debe ser claro. Un gris claro, un crema amarillo o un azul pálido son buenas opciones. Debemos huir de los estampados tipo fantasía o de los colores que nos hagan olvidar que estamos ante una vestimenta estrictamente formal. Si hemos optado por el chaqué gris entero el chaleco debería ser del mismo material que la levita y los pantalones.

    

Ejemplo de doble botón
          El chaleco es la “tercera pieza” del traje que nos permite llevar la levita abierta. De hecho queda mejor abierta que cerrada al mostrar la belleza y elegancia del chaleco.


"Las solapas siempre serán en pico y el pantalón a rayas"


      La levita se prolonga en su parte trasera más larga hasta la altura trasera de la rodilla. En su versión más tradicional no llevaba botón alguno a la altura de la cintura como lo hace ahora. Por el contrario, la levita tenia dos ojales, uno a cada lado de la levita, que se juntaban con una especie de gemelos. Hoy, por el contrario, las levitas tienen un ojal con un botón, o en su caso un doble botón gemelo, que se puede unir tanto desde dentro a fuera como viceversa con el otro lado del chaqué. Las solapas siempre serán en pico.

      Los pantalones nunca llevan vuelta. Los pantalones son los clásicos cashemere stripes de rayas negras y grises. Los pantalones no deberían llevar cintas para pasar el cinturón. Unos botones interiores permiten poner los tirantes. En todo caso unas pletinas pueden ayudar a ajustarlo algo más si este es nuestro deseo. Lo ideal son las pinzas inglesas que, al contrario de las españolas e italianas, se abren hacia dentro y no hacia fuera.

Si preferimos la opción gris medio no debemos olvidar que tanto el color de la levita como el de los pantalones y el del chaqué deben ser exactamente iguales. Tradicionalmente, cuando el uso del chaqué no sólo se reducía a ocasiones muy puntuales, el uso del chaqué gris medio estaba considerado como un morning coat demasiado informal y sólo era apto para asistir a las carreras de caballos.

      La camisa debe ser siempre blanca o azul clara. La opción de rayas, aunque se admite, es menos formal y no resulta estrictamente apropiado. En cuanto al tipo de cuello debemos decir que lo idóneo sigue siendo decantarse por una camisa con un cuello almidonado desmontable, no es adecuado un cutaway. La camisa siempre será de puño doble. Los gemelos clásicos de plata son los más adecuados. En cuanto a la corbata esta siempre ha de ser de color plata o gris liso, y aunque últimamente se aprecian corbatas de fantasía, lunares u otro tipo, debemos ser conscientes que si la corbata elegida es susceptible de ser utilizada cualquier día de forma habitual, no es la adecuada para la indumentaria del novio, siendo las corbatas de boda por excelencia aquellas en tonos gris perla.
      Desde mi punto de vista el novio debe utilizar siempre plastrón y no corbata, dejando dicha prenda para el padrino y los testigos. En este sentido es fundamental que el novio se diferencie siempre de los testigos, de tal modo que los testigos vistan igual entre ellos, y así por ejemplo, si los testigos llevan chaleco negro con corbata gris, el novio llevará chaleco gris con plastrón.





      En cuanto a los zapatos estos serán siempre modelo oxford, completamente lisos, sin que la versión full brogue o semi brogue resulten aceptadas. Por supuesto habrán de ser negros. Los calcetines ideales que no desentonan en ningún caso son los de color negro. El pañuelo debe ser siempre blanco y debe llevarse plegado asomando por el bolsillo de la levita de forma paralela el borde de este. El remate perfecto es siempre una bonita flor de color blanco en el ojal. Yo me decanto por un pequeño clavel blanco.

      Dos complementos más hacen el conjunto perfecto: un reloj de bolsillo y un sombrero de copa. El primero de ellos nos obliga siempre a huir de los relojes de pulsera, que en todo caso están descartados para la indumentaria del novio, de tal suerte que bien se lleva reloj de bolsillo, o bien no se debe portar reloj de pulsera alguno. En cuanto al sombrero este siempre será un sombrero de copa que únicamente debe servir para cubrirse la cabeza si la ceremonia o la celebración tienen lugar al aire libre, si no es así el sombrero deberá portarse en la mano.


L.R.





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